Dear Brothers and Sisters, We begin a new Liturgical Year with the “season of expectation,” Advent. The four weeks of Advent is a time for us to slow down and to take time to reflect upon the season as we prepare for the Great Feast of Christmas. As we prepare, and make straight the way for the coming of the Lord, let us ponder the role of Our Lady during this month of December. On December 8, we acknowledge her Immaculate Conception. On December 12, we call to mind her heavenly visit to St. Juan Diego as Our Lady of Guadalupe on the hill of Tepeyac.
Mary, whom God graced from Original Sin, and who became the Mother of the long-awaited Messiah, is truly for us, “Our Lady of Advent.” Her life consisted of a “longing-desire” for the coming of the Lord. The Immaculate Heart of Our Lady pondered and patiently waited for the coming of “the Christ.” Let us ask Our Lady, the Immaculate Conception, to intercede for us this Advent Season. Let us prepare our hearts for the “Second” Coming of Jesus with a longing, and a desire, to grow in holiness. During Advent, we can grow in holiness by setting aside quiet time for: prayer; spiritual reading; Advent reflections and devotionals. Also, we can plan to go to Confession; attend daily Mass; and do charitable works of mercy.
During this season of preparation, let us respond to Our Lady’s call “to be sent” as was St. Juan Diego. He humbly and obediently delivered the good news of “the Tepeyac event.” The message sent, and the image imprinted on the tilma, would find a resting place in the minds and hearts of a conquered people. The revelation would ignite a “fire of evangelization.” May we, during this Advent Season, be sent as missionary disciples to announce the “good news” of the glorious Coming of the Lord. May Our Lady of Advent, once again, ignite a fire of evangelization to lead us out of the darkness of sin into the marvelous light and Divine Presence of her Son, Jesus! Wishing you a blessed and grace-filled Season of Advent! Maranatha! Come, Lord Jesus! Our Lady, the Immaculate Conception, pray for us. Our Lady of Guadalupe, pray for us. Our Lady, Star of the New Evangelization, pray for us.
Bishop Myron J. Cotta Reflexión del Obispo para Diciembre 2018
Queridos hermanos y hermanas, Comenzamos un nuevo año litúrgico con el Adviento “temporada de expectativa”. Las cuatro semanas de Adviento es un tiempo para ir más despacio y tomarse un tiempo para reflexionar sobre la temporada, mientras nos preparamos para la gran fiesta de la Navidad. A medida que nos preparamos, y Enderezamos el camino para la venida del Señor, durante el mes de diciembre reflexionemos sobre el papel de Nuestra Señora. El 8 de diciembre, reconocemos su Inmaculada Concepción. El 12 de diciembre, recordamos su visita celestial a San Juan Diego como Nuestra Señora de Guadalupe en la colina de Tepeyac.
María, a quien Dios bendijo del pecado original, y que se convirtió en la madre del tan esperado Mesías, es verdaderamente para nosotros, “Nuestra Señora del Adviento”. Su vida consistió en un “anhelo de deseo” por la venida del Señor. El Inmaculado Corazón de Nuestra Señora reflexionó y esperó pacientemente la venida de “Cristo.” Pidamos a Nuestra Señora, la Inmaculada Concepción, que interceda por nosotros en esta temporada de adviento. Preparemos nuestros corazones para la “Segunda” Venida de Jesús con un anhelo y un deseo de crecer en santidad. Durante el Adviento, podemos crecer en santidad apartando un tiempo de silencio para: la oración; lectura espiritual; Reflexiones de adviento y devocionales. Además, podemos planear ir a confesarnos; asistir a la misa diaria; y hacer obras de misericordia caritativas.
Durante esta temporada de preparación, respondamos al llamado de Nuestra Señora “para ser enviado” como lo fue San Juan Diego. El entrego humildemente y obedientemente las buena nueva del “evento de Tepeyac”. El mensaje enviado y la imagen impresa en la tilma encontrarían un lugar de descanso en las mentes y los corazones de un pueblo conquistado. La revelación encendería un “fuego de evangelización”. Que nosotros, durante esta temporada de Adviento, seamos enviados como discípulos misioneros para anunciar la “buena nueva” de la gloriosa Venida del Señor. ¡Que Nuestra Señora del Adviento, una vez más, encienda un fuego de evangelización para sacarnos de la oscuridad del pecado a la luz maravillosa y a la Divina presencia de su Hijo, Jesús!
¡Deseándoles una temporada bendecida de Adviento y llena de gracia! Maranatha! ¡Ven, Señor Jesús! Nuestra Señora, la Inmaculada Concepción, ruega pros nosotros. Nuestra Señora de Guadalupe, ruega por nosotros. Nuestra Señora, Estrella de la Nueva Evangelización, ruega por nosotros.